Lavame Sucio

Un artista vanguardista, de la corriente "pop post super depre moderno", quiso emular a la famosa Torre de Pisa creando una obra que jugara con el nombre de aquella, pero que estuviese hecha con pizzas, pero le salió mal.
Este hecho ocurrió en las inmediaciones de un populoso barrio de la ciudad, donde Enrico Mela Toda, un artista plástico nacido en Salsipuedes, pero que estudió en importantes colegios de Bellas Artes de Francia e Italia, llegó a apilar un total de dos mil doscientos cincuenta y tres pizzas.
La torre, aún inconclusa, porque se estimaba llegar a cuatro mil, se derrumbó cuando se disponía a colocar una de palmitos sobre una de fugazzeta. La caída produjo la rotura de cinco viviendas lindantes y desató una ola de caos y terror, de parte de comensales autoinvitados a la catástrofe.
Casi en tiempo récord, en menos de quince minutos, las más de dos mil pizzas desaparecieron del lugar, así como también artículos del hogar, objetos decorativos y demás pertenencias de los habitantes de las casas damnificadas.
Enrico deberá hacerse cargo ahora de los desmanes producidos y reintegrar a estas familias todo lo perdido, según dictaminó la justicia.
La furia del artista radica en contra del delivery que le traía las pizzas, ya que según manifestó en fuertes declaraciones, las mismas llegaban frías y por lo tanto no alcanzaban a amoldarse a las que estaban puestas con anterioridad.
En cambio el pibe del delivery se habría defendido argumentando: "el boludo es el trolo ese, que le dejó los plastiquitos de tres patitas a las pizzas". Una discusión que seguirá dando de hablar, sin dudas.
Nosotros, muzzarella.